Las etiquetas diagnósticas son prendas muy parecidas
Si faig un breu repàs sobre les categories diagnòstiques, recordo veure-les com una llista d'ingredients de la compra, sense saber quin plat principal pretenien cuinar.
Si faig un breu repàs sobre les categories diagnòstiques, recordo veure-les com una llista d'ingredients de la compra, sense saber quin plat principal pretenien cuinar.
Después de ver el programa de Tabús de TV3 dedicado a la salud mental, emitido el 20 de mayo me pareció una buena ocasión para escribir un artículo sobre las etiquetas o diagnósticos psiquiátricos.
Me gustaría hablar de lo que yo entiendo por microtraumas y que los enmarco en la infancia y preadolescencia para entender como me sobrevino el trastorno mental.
Los problemas de una persona con trastorno mental comienzan el primer día que somos diagnosticados con una etiqueta psiquiátrica.
Durante mi vida con una etiqueta diagnóstica, etiqueta desde el punto de vista del estigma asociado, me he encontrado que todo el mundo tiene la necesidad de diagnosticar.
Aunque tenga el mismo diagnóstico desde el principio, éste ha ido evolucionando hacia una esquizofrenia residual, que significa que no hay tantos síntomas positivos.
Si una persona cree que la están vigilando, que tienen su teléfono pinchado, es muy fácil que un observador externo considere, desde su punto de vista, que esta persona tiene un delirio de persecución o vigilancia.
Cada una de nuestras identidades está formada por multitud de referencias, por un sentimiento de pertenencia a distintos grupos, por un resumen de nuestros gustos y capacidades, entre otros factores.
Soy socia de ActivaMent desde hace un tiempo y, aunque me encanta escribir, sobre todo cuentos para adultos, todavía no había participado en el Blog.
En cuanto recibimos un diagnóstico podemos sentirnos o reaccionar de maneras diferentes: por ejemplo, sentirnos aliviados porque por fin sabemos lo que tenemos y nos podrán dar un tratamiento adecuado.