El dolor se transformó en trauma
El dolor se transformó en trauma. El trauma se hizo visible a través de unos síntomas y los síntomas anunciaron un trastorno mental.
El dolor se transformó en trauma. El trauma se hizo visible a través de unos síntomas y los síntomas anunciaron un trastorno mental.
Las primeras psiquiatras que tuve no solían preguntarme por si oía o no oía voces, por lo que yo no le di importancia a "las voces".
Lo llaman espejismo, por darse en un ámbito muy concreto. Yo lo llamaría alucinación socialmente aceptada. Para mí el espejismo o la alucinación son lo mismo.
Puede que me equivoque, pero quiero compartir un punto de reflexión diferente al que se tiene en la sociedad de cara a quienes, sin saber porqué, sufrimos alucinaciones auditivas, tan comunes y corrientes entre personas con mi diagnostico, que es esquizofrenia paranoide.
Un buen día, cuando trabajaba en una fábrica de embutidos, sufrí una alucinación visual en la que había una serpiente, que me perseguía por todas partes.
Cuando empezaba mi brote psicótico, al funcionarme la cabeza más rápido de lo normal, no hacía más que fijarme en los pequeños detalles, y los pequeños detalles empezaban a construir causalidades. Dos sucesos que aparecían cercanos en el tiempo, por simple azar, comenzaba a interpretarlos como relacionados entre sí.
La gente no piensa que puede llegar a tener alucinaciones. Y, si piensa que algún día le tocará tener alguna, cree que ésta será provocada, por ejemplo, por drogas “duras”, tipo LSD.
Desde mi punto de vista, la paranoia en personas que tenemos un diagnóstico de trastorno mental severo, es aquel pensamiento o idea que viene de lejos; pero que viene, no deja de venir, y te señala diciendo que tú eres la persona elegida.