Il·lustración copyright de Urco (Josep Durán)

Il·lustración © Urco (Josep Durán)

No podemos tenerlo todo controlado. Todo parecía ir bien, creía que lo tenía todo controlado, el trastorno dominado y ¡zas!, aparecen los síntomas. Nerviosismo, fatiga, falta de energía, apatía, y falta de sentimientos, ¿por qué? No sé el porqué, pero me da la sensación de que tengo la respuesta.

Declaran en España en el mes de marzo el estado de alarma. Esto me rompe, quedarnos en casa, ver las noticias que son terroríficas y que se deshace totalmente mi rutina. Los nervios van por dentro, yo no me doy cuenta, pero todo esto lo somatizo. Mi padre y mi suegro están enfermos y encerrados en casa. Empiezo a dudar de mis planes de futuro con mi mujer que teníamos previstos. Mi mujer pasó la Covid-19 confinada en una habitación. Surgieron más nervios y más ansiedad.

Estas y más cosas me han sucedido este año. ¡¡¡Vamos a poner solución!!! Primero expresarlo, lo próximo volver a una rutina y volver a creer en mí. Escribo esto no para que la gente tenga pena ni lástima de mí, sino para decir que este año a todos nos han sucedido cosas, pero saldremos adelante y volveremos a sonreír.

Y debemos tomarnos el tiempo necesario para detenernos y decir: Vivo en el presente y con nuestros recursos saldremos adelante. Si es necesario hay que parar, observar y en mi caso subir un poco la medicación (consensuado con mi médico).

Y antes de acabar hago una reflexión y termino mi artículo, el confinamiento y el estado de alarma me ha recordado a un ingreso, privado de libertad y encerrado. Esto me hace pensar que si nos encierran diez días o un mes nuestra salud se ve mermada y la de todos.

Esto me plantea que los ingresos deberían en lo posible tener espacios al aire libre, porque en mi caso, y no sé el vuestro, que no los haya es para mí más perjudicial, y empeoro.

Con esto quiero decir que estar encerrado en un piso sin terraza ni jardín es lo más parecido a un ingreso, y esto debería hacer reflexionar a más de un especialista en la psiquiatría.

Esto dará para otro artículo y debate, las personas en situación de vulnerabilidad no podemos estar encerradas entre cuatro paredes. Y termino diciendo:

Soy un superviviente de esta pandemia, ¡Ánimos a tod@s!

Francesc Cambronero

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