
Estamos en el desierto a punto de morir de sed, con la piel quemada, casi sin poder respirar a causa de las partículas de arena que tapan nuestros pulmones. Incluso llegamos a desear la muerte para acabar con nuestro sufrimiento y de repente, ante nosotros, aparece un oasis: un lago con palmeras y pájaros revoloteando. Sacamos las fuerzas de no sabemos dónde para alcanzarlo. Te faltan unos pocos pasos para llegar y sigues caminando. Sigues caminando y por mucho que camines, te encuentras con que siempre te quedan unos pocos pasos para llegar a tu salvación. A pesar de las condiciones adversas, luchas por llegar al oasis pues sabes que de ello depende tu supervivencia.
Lo llaman espejismo, por darse en un ámbito muy concreto. Yo lo llamaría alucinación socialmente aceptada. Para mí el espejismo o la alucinación son lo mismo: te ayudan o “engañan” para que luches por sobrevivir en un medio hostil. El medio hostil tanto puede ser: el desierto; un colegio donde sufres rechazo y acoso por parte de tus compañeros; como el seno de una familia donde la persona sufra abusos sexuales; maltrato psicológico o físico. Todos esos y unos cuantos más son lugares igual de inhóspitos, duros y solitarios, donde el día a día se convierte en una lucha constante por sobrevivir.
Otra de las funciones del espejismo o alucinación es hacernos ver, con nuestros propios ojos, aquello que nuestro cuerpo necesita para sobrevivir. En el caso del espejismo está claro que nuestro cuerpo necesita el agua. Pero, ¿Y en los casos de las alucinaciones? ¿Qué sentido tienen? ¿Por qué las necesitamos para sobrevivir? Dicen, y yo también lo digo, que en toda alucinación hay una parte de verdad ¿Qué puede haber de verdad en que puedas comunicarte con los extraterrestres? Tal vez la falta de relaciones sociales o sentir que las otras personas se apartan de nosotros ¿Y cuándo sabes que tu auténtica familia está en otro lugar, que te están esperando y que tú naciste en la tierra porque tienes que superar una serie de pruebas? Podemos darle el nombre de karma; el de reencarnación; el de estoy pagando por algo que hice mal en otra vida, por lo cual yo soy responsable del daño que me hacen algunas personas importantes en mi vida, y no dudamos en agredirnos a nosotros mismos de forma verbal o física.
Se me ocurre el espejismo como un espejo en el que ver reflejado todo aquello que rechazamos de nosotros mismos y no tenemos las herramientas necesarias para mirarlas directamente, vivencias que están dentro de nosotros, y luchamos contra nosotros mismos pensando que aquello que no miro y niego no existe.
Preguntemos a nuestras alucinaciones, a nuestros miedos, a nuestros sentimientos ¿Qué nos transmiten?, ¿En qué nos ayudan?, ¿Por qué tengo miedo de salir a la calle?, ¿Por qué siento que los demás hablan mal de mí?, ¿Por qué siento que estoy en el Show de Truman? ¿Por qué siento que me resulta más fácil relacionarme con extraterrestres que con mis propios vecinos?
Recuerdo que cuando estaba embarazada pensaba que iba a haber un Baby Boom, tenía la sensación de que todas nos habíamos puesto de acuerdo para quedarnos embarazadas. Sensación compartida de que muchas mujeres embarazadas vemos por todas partes a otras mujeres también embarazadas, independientemente del lugar donde vivimos o año de nuestro embarazo ¿Espejismo? ¿Qué necesidad busca cubrir? Tal vez por la necesidad de que nuestro hij@ no esté solo sin compañeros de su misma edad? Conozco a una antropóloga. Le preguntaré qué ocurría en una tribu si sólo nacía un niñ@ durante un largo periodo de tiempo.
Cada vez que intento concluir éste artículo me aparecen más y más preguntas. Realmente es apasionante la realidad que no vemos con nuestros ojos.
Rosa García