Il·lustració © Sergi Balfegó

Ilustración © Sergi Balfegó

Hay un dicho castellano que dice: “Llama a un hombre ladrón y robará”. A nosotras, las personas con problemas mentales, en los libros, por televisión, en la prensa, nos dicen que somos asesinos y  peligrosos.

El tiempo que pasé en “Alerta Estigma”, de la campaña Obertament me dejó bien claro que las personas que sufrimos esquizofrenia paranoide somos acusados de todo tipo de crímenes horrorosos. El problema es que ésta es la imagen que tiene buena parte de la sociedad, y si dices que tienes esquizofrenia ya te miran mal.

Recuerdo mi primer psiquiatra, cuando me dijo que sufría psicosis. No me explicó nada más. A mi aquello de psicótico me sonaba a psicópata. Estaba de moda la canción “Psico Killer” de los Talking Heads y con todo esto me hundió en un infierno mental. ¿Y si mataba a alguien y me pasaba toda la vida en la cárcel? ¿Podía controlar mis actos? ¿Era un asesino en serie en potencia?

Gracias a Dios no le hice mal a nadie. Porque la situación de encontrarse aislado y hundido también me daba rabia. Y sentía rabia contra la sociedad bienpensante que me miraba por encima del hombro. Mis amigos me abandonaron y yo abandoné a mis amigos. ¿Y si era capaz de matar a un desconocido por esa rabia?

Tengo miedo que alguna persona con los mismos problemas que yo haya hecho del dicho castellano antes citado una profecía autocumplida. La cuestión es cómo te ves a ti mismo.

Yo estaba en paro y no tenía ni para un paquete de tabaco. Y me daba rabia. Veía a la gente divertirse y yo estaba con una depresión que me dejaba hecho polvo. Y también me daba rabia. ¿Qué era esa cosa tan grave a mis diez y ocho años de vida para que mi cerebro pareciera un campo de concentración? Tenía ganas de prenderle fuego a un banco o golpear un tipo de aquellos que se divertían tanto. Y esta rabia me daba miedo. ¿Podía controlarme?

En aquellos tiempos no sabía que la forma en que te mira la gente es muy importante para tu autoimagen. Me había caído encima todo el estigma de golpe. Y de todo esto el médico no me dijo ni una palabra.

Tenemos que apartar de forma personal todo el estigma que hace que nos veamos a nosotros mismos como personas peligrosas. Todo eso es falso. No tenemos que dejarnos comer el coco por la sociedad. Si nuestros problemas mentales son insoportables por sí mismos, solo falta que las casillas donde te mete la gente nos hicieran hacer una locura de profecía autocumplida. La gente quiere que funciones como ella se imagina. Te pone en una casilla cuando le dices que tienes problemas mentales y quiere que te ajustes a lo que ella piensa. No podemos caer en esa trampa.

Fèlix Rozey

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