Soñar con dormir

Fotografía © Elena Figoli

      Es una de las cosas más sencillas y que al mismo tiempo se puede convertir en una de las más complicadas. Dormir, para una persona con trastorno mental puede convertirse en un terrible problema.

     Recuerdo como, cuando hacia el servicio militar, me pasé noches y noches sin dormir. Pasar tres o cuatro noches seguidas sin dormir era una cosa habitual. Iba como un zombie todo el día, de un sitio a otro. Hubiera deseado dormir un año entero. Claro, finalmente mi cerebro descontroló y me llevaron al Hospital Militar, donde con la ayuda de un par de pastillas dormí veinte horas de una tacada.

     Pero no puedes tomar pastillas para dormir eternamente. Las benzodiazepinas que te recetan los psiquiatras tienen problemáticos efectos secundarios i, además, enganchan. Enganchan mucho.

     Hay métodos más naturales. Ir disminuyendo las luces. Dormir siempre a la misma hora. Cambiar el agresivo sonido de la televisión por una música suave y después el silencio. Dejar de tomar cafeína.

     Pero cuando se han hecho las cuatro de la madrugada y no te has dormido, ¿Qué haces? Si te tomas una pastilla, no te levantarás hasta las doce del mediodía. Y puede que tengas que hacer cosas a la mañana siguiente. Si no te la tomas, tanto si te duermes como si no, si te levantas por la mañana, todo el día vas hecho un zombie. Y no quieres engancharte a las pastillas.

     Por no hablar del caso de que seas fumador. Después de dos noches sin dormir puede que te hayas fumado diez o doce paquetes seguidos (y no exagero).

     Y los cambios de horario. Te duermes cada día a las cinco, las seis, las siete. Y cuando los otros están haciendo vida activa es cuando duermes tú. Y tu vida es un caos.

     Te dicen que no duermes porque no estás cansado. ¿Qué no estás cansado? Te has pasado todo el día caminando por Barcelona. Has andado quizás veinticinco o treinta quilómetros. Y es igual, se hacen las cuatro de la mañana y tienes los ojos abiertos como platos.

     Si estás en un brote, la cosa es todavía más caótica. Entonces caminas, fumas y comes a cualquier hora. Y duermes una noche de cada tres o cuatro. Si vas eufórico, después de un par de noches en blanco, vas  más drogado que si fueras ciego de heroína.

     Espero que un día de éstos alguien descubra una solución a mis problemas. Unas pastillas que no tengan los efectos secundarios del Valium o el Lorazepam. O algún remedio natural parecido. Y que si dejas de tomártelo, duermas como un bebé.

     No hay que perder la esperanza.

Fèlix Rozey

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