
Las personas que hemos sufrido algún tipo de psicosis, temporal o crónica, podríamos constatar qué síntomas sufrimos o hemos sufrido en nuestro proceso de enfermar, ser diagnosticados, tratados y de recuperarnos.
Pues bien, cuando algunos políticos, periodistas, economistas, historiadores, etc. argumentan sus críticas con conceptos de salud mental, y concretamente las más habituales enfermedades psicóticas, es decir, trastorno bipolar y esquizofrenia paranoide, es que todos esos no han entendido nada de nada. No sólo no han entendido nada, sino que con sus palabras ofenden, menosprecian y discriminan nuestro colectivo transmitiendo ideas falsas, perjudiciales y nocivas. Este hecho comporta que se creen estereotipos, que son difíciles de romper.
Todo arranca con el franquismo y nazismo, cuando los psiquiatras de esos regímenes querían eliminar la patología “rojo-separatista” y encontrar “el gen rojo”, que les permitiese hacer una limpieza genética. A esto se le llamó “eugenesia”.
El 1993, un articulo de opinión en el diario “ABC” hablaba de esquizofrenia socialista. El 30 de octubre de 2012, encontramos una portada del mismo “ABC”, con el mismo titular: “Esquizofrenia socialista” con un trasfondo de una persona con americana y corbata, con dos guantes de boxeador contrapuestos. El 12 de noviembre de 2012, Albert Rivera, ahora candidato a la Moncloa, constataba “la esquizofrenia política de los socialistas“. ¡Ya sabemos qué diario lee Rivera! Pero unos meses antes, el 20 de julio de 2012, encontramos en un articulo del mismo diario, que la ex-ministra de salud, Esperanza Martínez, consideró que la decisión de la cámara de los diputados de denunciarla por malversación: “es parte de una esquizofrenia social“. ¿Es ésta la manera como entienden la esquizofrenia algunos políticos y periodistas?
El 9 de noviembre de 2012 aparece un articulo de un tal Josep Romeu, en ésta página, que titula “Un cert punt d’esquizofrènia“, en el que sólo se habla de política, y que el concepto de salud mental sólo le sirve al articulista, para descalificar el período electoral y el momento político.
También, el 10 de noviembre de 2012, Arcadi Espada, en un artículo de opinión afirmaba que: “Nadie salvo sus íntimos puede descartar que el presidente Mas sufra alguna patología mental más o menos transitoria, y digo esto con una seriedad de prospecto farmacéutico”. Es denigrante.
El 30 de enero de 2014, Antón Costas, catedrático de economía, titulaba un artículo suyo en el “Periódico” de Catalunya: “Economía esquizoide“. ¿Es que la personalidad esquizoide tiene nada que ver con la economía? ¿Es que no se puede separar la política, la economía o el socialismo de los problemas de salud mental que sufrimos mucha gente? Insisto: Sufrimos.
El 23 de Junio de 2014, la web eldistrito.es, líder en Madrid, titulaba una noticia: “La demencia histórica del nacionalismo catalán“. ¿Es que el nacionalismo o la ideología tienen algo a ver con la demencia? ¡No! ¡Acepten que la demencia es la demencia y la ideología o el nacionalismo son temas bien distintos! No es posible vincular la demencia o la salud mental a ninguna nacionalidad… Ni catalana, ni española, ni de ninguna parte.
El 12 de enero de 2015 Marc Gafarot, escribía en ésta web un artículo titulado, con letras bien grandes: “L‘esquizofrènia catalana“, en el que se hacia eco de lo que iba diciendo Albert Boadella, desde un tiempo a ésta parte, sobre el problema catalán. Por favor, señor Gafarot, no hagamos el problema más grande.
Hablando de Albert Boadella. Éste señor viene haciendo campaña asociando el pueblo catalán a la paranoia. Os pongo unos cuántos ejemplos: 1, 2, 3, 4, 5, 6. ¡Que no, señor Boadella! ¡Que no!
El 7 de Agosto de 2015, Joaquim Coll, historiador, despotricaba contra unos y otros políticos catalanes, en un artículo titulado: “Paranoia política” en “El Periódico”. ¡Que no! ¡Que la paranoia y la política empiezan con la letra “p”, pero no tienen nada en común!
Así es como llegamos al 14 de octubre de 2015, cuando el ministro Garcia-Margallo enviaba al psiquiatra a un diputado de CDC… En fin, era muy previsible.
El 3 de setiembre de 2015, Ferran Monegal, crítico de TV, en un artículo titulado “Merkel en clave esquizofrénica“, decía que “a la audiencia solo nos cabe ir a la farmacia y pedir medicación para la esquizofrenia”. En este artículo se habla sólo de política. Pero es evidente que el concepto “esquizofrenia” está excesivamente utilizado en política y por muchos periodistas de forma peyorativa y discriminatoria. Debemos frenar la difusión de estos contenidos.
Pues debo decir a toda ésta gente, y decirlo delante de vosotros y de quién me lea, que la esquizofrenia paranoide no es política, ni económica, ni socialista, ni social, ni nacionalista, ni nacional,… sino un problema de salud mental que sufrimos mucha gente y que crea angustia, ansiedad y desesperación. No se puede vanalizar estos conceptos bajo ningún pretexto. Es necesario que seamos respetuosos y que hablemos con propiedad.
Y no, ningún argumento de ningún político, periodista, economista, etc. que meta todo en el mismo saco, tiene ninguna razón de ser. Cada cosa en su sitio. ¡Por favor! Pongamos fin al estigma y la discriminación por razones de salud mental. ¡Denunciad en Alerta Estigma!
Dani Ferrer