
Creo que como sociedad tenemos un problema grave. La civilización occidental está construida sobre las posesiones, sobre el capital. Creo que no hay nadie que controle la situación. Ni los multimillonarios. Poner el capital en el centro de nuestro proyecto social ha hecho que cada uno de nosotros lo haya interiorizado, de forma que las personas han pasado a un segundo plano y lo que cuenta es lo que tienes. También tienes que ser una persona productiva económicamente para encajar en el sistema. Nos valoramos a nosotros mismos según nuestras posesiones.
Las personas con problemas mentales podemos encajar en el sistema o no, pero mucha gente nos ve como seres improductivos y nos rechaza. Si no puedes ganar dinero y ser un consumidor de todo tipo de productos, recibes desprecio. La sociedad está construida sobre la necesidad constante de comprar y producir. Sean artículos necesarios o innecesarios. Hay muchas maneras de ser una persona que hace, que crea, que da. No necesariamente tienes que ser un engranaje del sistema. Lo que es importante es ser una persona viva, que vive en el presente, que crea e interactúa.
Sin olvidar que muchas de las personas con problemas mentales trabajan y son productivas de la forma que exige el sistema, los que tenemos un trastorno mental lo tenemos muy negro si no hacemos un cambio social y ponemos a la persona, a los seres humanos como el objetivo y la prioridad de la sociedad. Construir-nos a nosotros mismos como personas que vivimos y amamos tendría que ser nuestra prioridad. Es más importante ser una persona que conecta con los otros y realiza sus potencialidades que tener coche.
Los humanistas nos lo dicen hace siglos. Las personas son lo más importante. Creo que la sociedad tal y como está organizada es una productora de estigma hacía nosotros, los que no formamos parte de la cadena de montaje.
Hay otra forma de hacer, de vivir. Que cada uno de nosotros sea nuestro objetivo. Crecer como personas es más importante que tener un televisor de plasma.
La sociedad occidental te crea ilusiones. No hay más que ver la televisión un rato para darte cuenta que te quieren crear necesidades que no necesitas.
Nos vemos los unos a los otros como medios para conseguir posesiones. Cuando voy al bar, al amo se le ve cara de dólar. “A ver cuánto dinero me deja este hombre”. Hemos dejado de ser humanos para convertirnos en objetos.
Decían los Beatles que “All you need is love”, en una conocida canción. Y es una verdad como un templo. “Todo lo que necesitas es amor”.
Fèlix Rozey