Il·lustració © Riki Blanco

Ilustración © Riki Blanco

Los problemas de salud mental no son siempre iguales. No hablo sólo de las diferencias entre ellos, sino que una misma persona vive su problema de diferente manera a lo largo de su vida y el mismo problema cambia. Hay altos y bajos. Tienes  momentos de descompensación y periodos de recuperación.

Se podría enfocar la recuperación de dos maneras, en mi caso. Una, la recuperación de un brote o de una crisis de mi trastorno Esquizoafectivo; y dos, una recuperación a más largo plazo. Una recuperación más a lo largo de los años.

Cuando eres joven y eres un saco de hormonas en que todo te impacta como si fuera un martillo pilón, los delirios y las alucinaciones te dejan hecho polvo. Puedes pasar en cuestión de minutos de un delirio euforizante a una profunda depresión. Es duro y al mismo tiempo agotador. La recuperación era difícil a corto plazo. Eso no quita de que puedas hacer cosas para mejorar, pero es mejor que no esperes milagros ni soluciones mágicas.

Ponerme a trabajar me supuso una gran tensión a corto plazo pero en poco tiempo mejoré de mi situación mental de forma apreciable. En unos años de actividad mejoré muchísimo. Tuve malos momentos, pero el resultado fue muy positivo.

Estar mejor no significa estar libre de problemas. Después de años de llevar una vida normal, tuve una nueva recaída. Pero esta vez, pese a los días duros que pasé, me recuperé mucho más rápidamente. Abandonas las ideas de curación completa y aprendes a vivir con lo que tienes. Te das cuenta de que tienes síntomas de tu trastorno pero ya los conoces y te impactan menos. Al mismo tiempo, tienes más años y vives más tranquilo.

e das cuenta de que no tienes buenas cartas, pero te concentras en jugar lo mejor posible las cartas que tienes. Intentas no deprimirte por unas horas de delirio y aprendes a hacer vida útil a la mañana siguiente.

Sabes que tienes problemas, pero también te das cuenta de que todo el mundo tiene problemas y que eres una persona normal. Esto es importante porque el autoestigma me ha hecho mucho daño. Considerarse a uno mismo un bicho raro e inferior no es nada agradable. Has de ser consciente de que el mundo está lleno de bichos raros perfectamente normales.

Aprendes a hacer lo que sea, pese a que no te encuentres bien. Aprendes que tienes que llevar una vida lo más ordenada posible. Aprendes que los problemas económicos, las enfermedades, las disputas, incluso los trastornos mentales son cosas normales y que le pueden pasar a todo el mundo.

Y sigues con tu vida pese a todo. Incluso te ríes de alguno de los problemas que has tenido. Adquieres perspectiva y las cosas que antes te trastornaban hasta volverte loco ahora las miras con una sonrisa.

Sabes que no te has curado. Sabes que puedes tener una recaída, pero la partida se juega aquí y ahora. Y si puedes, disfrutas del momento.

Se puede mejorar. Yo lo he hecho. Y he visto mucha gente que ha mejorado. No puedes bajar la guardia, pero puedes tener tus instantes de buena vida. Como todo el mundo.

Fèlix Rozey

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