Fotografia © Elena Figoli

Fotografía © Elena Figoli

Al principio, cuando entré en contacto con otras personas afectadas de Trastorno Bipolar, lamentablemente, yo todavía no estaba preparada o quizás motivada para disfrutar de un Grupo de Ayuda Mutua (GAM) clásico, presencial. Pero seguía sintiendo la necesidad de resolver muchas cosas que me preocupaban y de encontrar quien me entendiera y me consolara de verdad. Algo que la consulta del psiquiatra, la familia y los amigos no me daban, aunque ellos ponían todo de su parte.

Así, llegué a través de la página Web de la Asociación de Bipolares de Cataluña (ABC) a una alternativa que me abrió un nuevo mundo de posibilidades. Allí encontré un foro, libre, gratuito y anónimo. ¿Cómo lo diría? Ver las preguntas y respuestas de los otros usuarios, en el orden y momento que yo deseaba, era como una especie de “zapping” de lo que yo había visto en las pocas reuniones que había presenciado. También me aficioné a otros foros similares, grandes proyectos, también muy solventes.

Allí me sentí acogida y reconfortada. De entrada, sólo ver que mis dudas, miedos, problemas y experiencias eran recurrentes, me ayudó. También había usuarios “máster”, por decirlo de alguna manera, que se notaba que tenían un valioso camino hecho y que respondían y compartían cosas de interés para los recién llegados como yo. Ellos también aportaban recursos muy recomendables. ¡Muy atractivo todo!

En mí algo cambió. Sentí que yo, algún día, podría estar tan bien informada como ellos y también convertirme en una gran ayuda para los demás. Era lo que yo quería.

Con el tiempo, la asociación me reconoció y agradeció la participación, pidiéndome colaboración y ofreciéndome la gestión de este servicio. Esto significó algo muy importante para mí. En mi proceso personal de recuperación, pasé de beneficiarme como usuaria de la participación, a hacerlo a través del voluntariado con esta nueva responsabilidad.

Poco a poco, me fui adaptando al nuevo rol.La perspectiva evoluciona, lógicamente. Y ahora os puedo decir también que he llegado a una nueva conclusión sobre este tipo de espacios. Aunque el objetivo principal aparente es facilitar la participación, ya que un foro virtual permite salvar  dificultades geográficas, horarias, de timidez y otras, también hay que valorar y tener presente la gran función de este bagaje compartido de experiencias, recursos, informaciones y un largo etcétera.

Pero este aprendizaje fue a base de equivocarme, de decepcionarme y dar un paso atrás en el cuidado de mi autoconcepto, cuando derrochaba un esfuerzo considerable proponiendo temas que no obtenían muchas respuestas. Interpretaba que no se generaba interés, cuando a mí me parecía que los temas no podían ser más alentadores…

Pero llegó un día que coincidí con una usuaria en una actividad presencial y me felicitó por la labor. Cuando le pregunté por qué no escribía, me dijo que le daba vergüenza, pues las cosas que veía ya estaban bastante bien, pero me aseguró que esta manera, digamos “pasiva”, de participar ya le servía mucho. Y me pidió que no dejáramos de hacerlo.

¡Era justo lo que necesitaba! – “Muchas gracias, Neus.”- “No, muchas gracias ti, Neus”. (Ella se llama como yo y le dedico este artículo).

Ya casi no me acordaba de cuando yo empecé, cuando simplemente leer las cosas de los demás me hacía mucho bien. Os pido que lo tengáis en cuenta cuando entréis en cualquier Foro donde no se vea actividad aparente y que no lo descartéis.

Finalmente, quiero recomendar efusivamente tener mucha precaución con los datos que se aportan en este tipo de espacios, en general, pues las redes sociales no permiten borrar generalmente lo que hemos dejado. Haced uso del anonimato, a no ser que tengáis claro que deseáis dar la cara por la Salud Mental.

Neus Sisteré

Comentarios: