Ilustración © Sergi Balfegó
Soy una persona diagnosticada y medicada para tratar un trastorno mental. Pero yo, para encontrarme bien, hago otras cosas que me han ayudado a encontrarme mejor, tanto física como mentalmente, cada día. Además, esto me ha permitido reducir muchísimo la medicación y plantearme, a medio-largo plazo, poder prescindir de ella. Dichas actividades son las siguientes:
Un día a la semana asisto a clases de yoga. Esto me sirve para ayudarme a equilibrar mi cuerpo físico con mi mente. Como comencé por primera vez a realizar esta actividad a la edad de 56 años, la profesora, para que fuera ganando poco a poco flexibilidad corporal, me recomendó hacer en casa una pequeña serie de ejercicios, varios días a la semana. Y esto lo llevo haciendo desde que comencé la actividad. Por cierto, hace pocos días la profesora me comentó que mi flexibilidad había mejorado bastante.
También entre cuatro y cinco días a la semana hago de diez y quince minutos de meditación, lo cual me sirve para relajarme. Otros veinte minutos, durante cuatro, cinco o seis días a la semana los invierto en mirar un lápiz detenidamente, dándole vueltas, acercándolo y alejándolo y teniéndolo fijo durante ese tiempo, para fijarme detenidamente en él. Esto me sirve, según un libro sobre técnicas de meditación y relajación que leí, para poder tener mayor capacidad de concentración. El objeto que escojas para esto puede ser cualquiera que no sea muy grande.
Como leo casi todos los días de la semana, he notado desde que hago el ejercicio anterior que me concentro más en la lectura. Yo no suelo leer novelas y pocas veces leo los diarios. A mí me gusta leer libros de historia, de distintas religiones, de filosofía y algún libro que trate temas científicos. No me gusta, hoy por hoy leer libros de psicología o psiquiatría, me producen un cierto rechazo. Si he ido mejorando de mi enfermedad, aparte de la medicación, que he ido reduciendo con el consentimiento y autorización de mi terapeuta o incluso aparte del mismo terapeuta al que visito tres o cuatro veces al año, mi mejoría creo que se debe a como he planteado que fuera mi vida en el día a día.
Más que intentar informarme de técnicas psicológicas, leer los prospectos de los medicamentos, etc., lo que he hecho ha sido preguntarme cómo soy yo en realidad, qué aptitudes buenas y malas tengo, cómo es la relación con mi entorno, etc. Y sobre todo, cómo debo actuar en concordancia con mi personalidad para mejorar mi calidad de vida.
Aparte de estas cosas, también veo películas, salgo con distintos amigos, me implico en lo que puedo en la asociación ActivaMent. Y también hago otra cosa muy importante para mí, que es estar con mi esposa, mi hija y mi nieto.
Lo que he intentado hacer, y he visto claro que era bueno para mí, incluso mi terapeuta me lo recomendó, es procurar tener el máximo tiempo del día ocupado, pero de forma que no invierta demasiadas horas en una misma actividad. Procurando también tener tiempo libre y desconexión de las cosas, algo que invierto entre otras actividades de ocio, como ver la televisión, estar con el ordenador -máximo dos horas al día-, pasear o simplemente no hacer nada.
Con esto no quiero decir que soy una máquina y que, al acabar de realizar una actividad, tengo que hacer otra. Nada de eso. Las cosas las hago porque las disfruto y estoy a gusto. Y si un día no me apetece hacer una actividad, como leer o pasear o hacer los ejercicios que hago, no realizo estas tareas. Y a veces simplemente no hago nada, según me apetezca.
No me culpabilizo si en un momento determinado, durante algunos días, hago pocas actividades o ninguna. Repito, no soy una máquina y procuro mirar las cosas que hago no por días ni por semanas, sino por meses y por años. Aparte de esto, he procurado vencer todos los miedos que tenía y también las manías, que creo que muchas de ellas tienen origen en dichos miedos. Por último, si alguna vez caigo en dichos miedos y manías, no me culpabilizo por ello, simplemente intento que algo así suceda lo menos posible. También hay que tener en cuenta que llegar a donde estoy me llevó mi tiempo y lo hice comenzando por hacer primero, durante un tiempo, una actividad, después otra y así, hasta hoy.
Ernesto García