
Fotografía © ActivaMent
En las últimas semanas hemos podido leer en la prensa sobre la relación entre las fiestas de Navidad, fin de año y la depresión, la ansiedad y el estrés.
En los artículos hemos visto repetidamente que en estas fechas se hacen más graves las preocupaciones, y aún más en esta época de crisis económica en la que estamos viviendo. También puede ser una época en la que se echa de menos más a los seres queridos que ya no están con nosotros.
Son unas semanas en que parece que la máxima sea ser feliz, relacionarse con los demás, hacer regalos, etc. Hay personas que no llevan nada bien todos estos rituales y pueden experimentar emociones negativas.
¿Y qué hay de las personas que ya estaban deprimidas y/o ansiosas antes de comenzar estas semanas festivas? ¿O quien ya sufría estrés? Normalmente la lógica nos dice que estos estados empeoran, en parte por lo que decíamos antes: si te encuentras deprimido, por ejemplo, y te encuentras con la presión social que tienes que estar feliz no parece que vaya a ser tarea fácil.
Además, la mayoría de los artículos que hemos encontrado que hablaban sobre el suicidio dicen que durante la época de Navidad y fin de año, los suicidios aumentan. La excepción ha sido un artículo del ABC digital del día 25 de diciembre que dice que el “suicidio durante la Navidad disminuye, pero durante las semanas siguientes aumentan los ingresos psiquiátricos“.
Otro tema que hemos encontrado interesante es el hecho de que las mujeres trabajadoras se sienten desbordadas porque todavía hoy mayoritariamente son ellas las que tienen que hacerse cargo de comprar la comida, cocinar, recibir a los invitados, etc. No es difícil imaginar que con estas responsabilidades pueda aparecer también la depresión, la ansiedad y/o el estrés.
Otro colectivo que lo pasa mal por esa época son las personas que sufren algún tipo de Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). Se trata de trastornos psicológicos en los que la comida juega un papel muy importante: se restringe la comida o bien se vomita o bien hay una gran ingesta de comida. Hablamos de la anorexia, la bulimia, el trastorno por “atracón”. Imaginemos por un segundo una persona que siempre esta luchando contra la comida, de un modo u otro, como vive unas fiestas donde los grandes protagonistas son precisamente la comida y los dulces. Es una época donde se desarrollan o se hacen más graves estos trastornos.
Vemos que nos podemos encontrar con bastantes situaciones que nos desmontan la típica imagen de la Navidad feliz. Y es que muchas veces nos vemos arrastrados por la presión social a celebrar la “feliz” Navidad con los compañeros de trabajo, con la familia y gente más cercana, con cenas interminables, con regalos que no tienen significado y en cambio nos cuestan un dinero que podríamos gastar en cosas más útiles, etc.
Es decir, que si lo pensamos no es tan extraño que durante estas fiestas nos deprimamos, sintamos ansiedad o estrés. Ojalá no te toque a ti. Pero es bueno saber, ahora ya para el año que viene, que nadie está exento. Y quizá preparar algún tipo de estrategia si vemos que podemos ser vulnerables a estas fiestas.
Mònica Civill