
La sociedad no quiere aceptar que muchas personas simplemente son malas. La ira, el odio y el sadismo existen. Y no tienen nada que ver con una enfermedad mental. Simplemente, hay personas que no tienen los valores necesarios o los tienen pero no sirven a sus intereses. Hay gente que disfruta haciendo el mal. Han existido siempre y probablemente siempre existirán.
El hecho de que los abogados, para conseguir ventajas para sus clientes, invoquen una supuesta enfermedad mental nos hace daño a nosotros, las personas con trastorno mental. Mucha gente se sorprendería de lo pacíficos que son muchos sitios frecuentados por nosotros.
Desgraciadamente, hay médicos psiquiatras que siguen el juego de los abogados. Gente que todavía no se ha enterado de la existencia del estigma. El hecho que podamos demostrar que las personas con problemas mentales no somos ni violentas ni imprevisibles no parece importar a muchas personas que viven del morbo. Personas que quieren notoriedad a costa nuestra.
Hace poco, un psiquiatra forense en la televisión proclamaba que un asesino era un enfermo. No daba ninguna razón. Simplemente decía “es un enfermo, es un enfermo”. Y supongo que él se consideraba la persona adecuada para decirlo. Así le volverían a llamar de tertuliano. Este comportamiento es vergonzoso.
Encontramos personas que para crear debate y hacer programas de televisión o vender diarios, provocan los instintos más bajos de la gente. El morbo de darle vueltas y vueltas a un crimen y mirarlo desde todos los puntos de vista.
La agresión forma parte de la historia humana. No se trata de locura. Por ejemplo, es un hecho que vivimos en una cultura machista. Muchos hombres, cuando le han hecho mal a una mujer, piensan: “alguna cosa habrá hecho”. Y el agresor es un hombre igual, que cree en muchas ocasiones que la mujer es de su propiedad y puede hacerle lo que quiera. “La maté porque era mía”. Es una cosa que forma parte de muchas culturas del mundo. No son locos. Están enculturados, simplemente. Es la ley del más fuerte. Acusar a esta gente de locura es una tontería.
¿El Papa está loco cuando no deja que haya mujeres sacerdotes? ¿O los musulmanes fanáticos que no dejan que una mujer conduzca o vaya a la escuela? Pues estas cosas llevan a la consideración de la mujer como un ser inferior.
Supongo que pasaran muchos años antes que muchas personas acepten el lado oscuro de la humanidad. Nosotros lucharemos para que sea lo antes posible.
Felix Rozey