Mirarse al espejo. No reconocerse y odiarse.
Creer que nadie te amará sino estás delgada.
Pensar en calorías, pedazos y porciones. Restar.
No entender porqué a los demás les parece mal que adelgaces. Dividir.
Saber que adelgazar es cuestión de actitud. Hacer lo que sea necesario. Mentir.
Ponerte unos vaqueros que antes no te entraban. Comida familiar que debo compensar.
Sonreir interiormente cuanto alguien te dice que estás demasiado delgada. ¿Quién te quiere ahora?
El peso se convierte en el centro de tu vida. Vives para comprobar que cada día pesas algo menos y sino es así tu mundo se trastoca. Se interponen tus familiares, tu pareja, tus amigos. ¿Por qué te hacen esto? ¿No ven que es muy importante para ti? Cada vez estás más sola. Cada vez las porciones y las migajas son más difíciles de controlar pero el espejo no deja de tiranizar y a veces sospechas que lo que ves no se corresponde con la realidad. Pero tienes tanto miedo de que no sea así que sigues dividiendo, mintiendo y restando … vida.
La balanza se convierte en tu mejor amiga sólo al principio “cuando todo va bien”. Después se convierte en un monstruo más al que no apetece recurrir.
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Si alguna persona se siente identificada con alguno de estos pensamientos puede que esté sufriendo un TCA: un trastorno de conducta alimentaria.
Aunque siempre deberá ser consultado con un especialista, algunas de las pistas que nos pueden llevar a sospechar que se padece un TCA son:
* Una restricción importante de la ingesta alimentaria.
* Miedo irracional a subir de peso.
* Cambios bruscos de humor y del estado de ánimo.
* Aumento de la actividad física.
* Distorsión corporal.
Como se ve en el testimonio, mayor control en relación al peso, mayor observación en el espejo, aislamiento familiar y social, etc.
Vivimos en una sociedad donde los cánones estéticos a menudo no son los más saludables pero aún así nos los muestran a todas horas como los más deseables y éste puede ser un factor a tener en cuenta. Pero no el único. Por otro lado, a las personas afectadas de TCA, a menudo se les atribuyen una serie de características tales como baja autoestima, autoexigencia, baja tolerancia a la frustración, ideas distorsionadas sobre el peso o la comida, etc.
Son muchos los modelos, o combinaciones de ellos, los que intentan explicar porqué aparece un TCA.
Para detectar si estamos sufriendo un TCA sería importante fijarnos en lo que piensa y siente este testimonio y las pistas que le siguen ya que son elementos diagnósticos, es decir, necesarios para diagnosticar un TCA. Si reconocemos algunas de éstas sería bueno consultar con un médico.
Mònica Civill
Más información: http://www.acab.org/cat/recursos/home.htm