
La autoestima es un concepto del que todos/as hemos oído hablar. Pero en cuanto empiezas a adentrarte en él, te encuentras con realidades que no siempre son agradables y que hay que cambiar si queremos llevar las riendas de nuestra vida.
La autoestima es la valoración, aceptación y aprecio que se tiene de uno mismo. Afecta tanto a los afectos, percepciones y sentimientos como a las herramientas que tenemos para enfrentarnos al mundo: la seguridad, la valoración de la imagen física, entre otros. Es decir, con la autoestima se pone mucho en juego gran parte de nuestro bienestar.
La autoestima también significa cómo somos o no capaces de encontrar algo que nos haga sentir bien con nosotros/as mismos/as y nos haga sentir a gusto con el mundo que nos rodea. Una autoestima óptima también nos ayudará a relacionarnos y establecer relaciones de calidad de amistad y de pareja. Si nos amamos a nosotros mismos seremos capaces de amar a otras personas.
A menudo, las personas que hemos sufrido o sufrimos un trastorno mental sabemos qué es tener una autoestima baja. Ésta supone más tendencia a sufrir depresión, inseguridad, dificultad para relacionarse, para expresar los propios sentimientos, miedo al fracaso, necesidad de ser aceptados, sentimientos de inferioridad. Así, pues, cuesta más expresarse e, incluso, identificar qué es lo que está pasando.
También se hace más difícil relacionarse, tanto con gente nueva como con la gente más cercana, quizás porque se cree que no se tiene nada que decir o porque el estado bajo de ánimo, junto con la baja autoestima, lo impiden. El sentimiento de ser incapaz de hacer cosas, de no sentirse aceptado socialmente son otras de las características de la baja autoestima.
Por otra parte, otro concepto muy relacionado con la autoestima es la autoimagen. Es decir, la valoración que hacemos de nuestra imagen, de nuestro cuerpo. Esta no siempre coincide con la imagen intersubjetiva o tal y como nos ven los demás, y eso genera sufrimiento.
No daré consejos para mejorar la autoestima porque creo que estos ya están al alcance de todos y porque pienso que a cada uno le sirve una cosa u otra, en función del modo de ser de cada uno y de los problemas concretos que les genera una baja autoestima. Pero sí que me gustaría comentar que siempre es bueno buscar la ayuda de la gente que te quiere.
Así pues, creo que la importancia de la autoestima radica en qué es y en cómo influye en la manera como nos vemos, como creemos que nos ven, afecta a la relación que tenemos con nosotros mismos y con los demás y con el concepto que tenemos de individuos: de mente y de cuerpo. ¡Hay que cuidarla!
Mònica Civill